El Lago de Sanabria: un paraíso entre montañas

El Lago de Sanabria: un paraíso entre montañas

Naturaleza en estado puro y un paisaje de cuento de hadas es lo que encontramos al adentrarnos en el parque natural de Lago de Sanabria. El lago, rodeado por las sierras de Cabrera y Segundera, destaca por la asombrosa pureza de sus aguas así como por ser el mayor lago de la península ibérica y el único de origen glaciar.


Este parque natural está situado en el noroeste de la provincia de Zamora. La autovía 52, que une Zamora y Ourense, nos acerca hasta Puebla de Sanabria, cabecera de la comarca. La villa, dominada por un castillo del siglo XV, está situada en un espigón fluvial sobre el río Tera. Sus empinadas calles y su arquitectura popular trasladan al visitante de vuelta a los encantos de la época medieval.



Zamora esconde entre sus montañas un paraje natural que, a pesar de convivir con el hombre durante siglos, no ha perdido su salvaje belleza. Mientras recorremos sus rutas y senderos podemos encontrar arroyos de aguas cristalinas, habitados por truchas y nutrias, bosques centenarios donde lobos, corzos y otros mamíferos aún tienen un lugar, o cascadas de agua formando un paraje de ensueño en el que no parece tener cabida la presencia humana.

Pero en esta región no sólo hay bosques, lagos y montañas sino que existe una gran riqueza cultural y una interesante gastronomía, por lo que es recomendable disponer de unos cuantos días para recorrer la zona. Y para conocer la orografía a golpe de suela proponemos algunas de las rutas más hermosas y emblemáticas.


Caminando por las secuelas de un glaciar

Cañón del Tera y Cueva de San Martín: 12 kilómetros, dificultad media, 810 metros de desnivel

El cañón del Tera, formado por la glaciación del cuaternario, es el mayor y más grandioso cañón del parque natural del Lago de Sanabria. A mitad del recorrido encontramos la Cueva de San Martín, que en realidad no es una cueva sino una profunda laguna con una bella cascada. Esta ruta impresiona por su belleza y por su historia, ya que por donde caminamos ahora bajó la riada de 1959 que destruyó el pueblo de Ribadelago y causó más de un centenar de muertes.

Para recorrer el cañón, partimos del campo de fútbol de Ribadelago Viejo y cruzamos el puente sobre el río Tera llegando a una pista forestal. Hay que tomar el ramal de la izquierda, señalizado con balizas de color verde y hábilmente decorado con grandes piedras que habrá que sortear. Tras media hora de marcha ascendemos por un hermoso robledal dejando el río a nuestra derecha. Poco después, encontraremos unas grandes escaleras naturales de piedra y tras un pequeño descenso podremos ver la primera poza del cañón.


Siguiendo el sendero marcado con balizas verdes, continuamos el ascenso encontrando en nuestro camino cascadas, pozas y lagunas fruto del tiempo y del efecto erosionador del agua. Tendremos que cruzar de nuevo el río para continuar por su margen derecho y coger aire debido a las continuas subidas y bajadas previas a la Cueva de San Martín.

Tras disfrutar de una pausa admirando el paraje de la Cueva de San Martín, continuamos por el camino ascendente de la derecha, paralelos al arroyo, hasta un bosque de acebos y seguimos por una senda a la izquierda. Después de cruzar el arroyo por un puente hay que aumentar las precauciones porque ya no habrá balizas. Tenemos que seguir hasta divisar una gran poza y subir por la derecha de la montaña. Tras unos cuantos kilómetros entre vegetación veremos las ruinas de la presa de Vega de Tera, que nos marca el final del cañón.


Un paseo entre robles centenarios

Lagunas de Carros y Sotillo: 10 kilómetros, dificultad alta, 600 metros de desnivel

Esta ruta transcurre por el frondoso bosque de Beseda, densamente poblado por robles, acebos, serbales y avellanos. Beseda está considerado como uno de los bosques autóctonos mejor conservados. Este es un paseo ideal para disfrutar de la paz y la belleza que nos ofrece la naturaleza a la sombra de un bosque centenario, superviviente a las plagas de incendios estivales y hogar de la más variada fauna, como lobos, jabalíes, zorros y corzos.

Partimos de la plaza de Ribadelago tomando la primera calle a la izquierda por un camino ascendente, empedrado y estrecho. Llegamos a un cruce y tomamos el ramal izquierdo. Tras subir unos 300 metros llegamos a la Laguna de Carros y continuamos por el camino de la derecha que está al final de la laguna. Ascendemos por la senda hasta llegar a la Laguna de Sotillo, situada a 1.600 metros sobre el nivel del mar. En este punto podemos dar media vuelta y regresar o, si tenemos un coche de apoyo, seguir la senda que está junto al arroyo que sale de la laguna y bajar hasta el pueblo de Sotillo.

Esta senda desciende dirigiéndose hacia la izquierda hasta ver el río Truchas. Aquí la senda se ensancha y llegamos a una ladera desde donde podemos observar las Cascadas de Sotillo. Siguiendo el camino forestal, llegamos a Sotillo de Sanabria.

Belleza en estado puro

Cascadas de Sotillo: 6 kilómetros, dificultad media, 400 metros de desnivel

Las Cascadas de Sotillo, ocultas en mitad del bosque, forman un paraje de ensueño y majestuosa belleza. Esta ruta es, por ser una de las más bellas, la más conocida del parque natural del Lago de Sanabria y, por tanto, imprescindible.

La principal dificultad de la ruta no es el desnivel ni la senda, que está bien señalizada con balizas de color marrón. Lo que hace que la dificultad ascienda a grado medio es la erosión sufrida en algunos puntos del camino, así como el agua que lo cruza en ocasiones. Debemos tener cuidado de no resbalar.

Salimos del mismo pueblo de Sotillo de Sanabria, desde el puente que salva el río Truchas siguiendo el camino empedrado que está a mano izquierda. Una vez en la senda seguimos las balizas de color marrón. La senda transcurre cuesta arriba, y en algunos puntos el desnivel es fuerte pero el paraje anima a continuar. Poco a poco empezamos a percibir el sonido del agua que, proveniente de la Laguna de Sotillo cae con fuerza al río Truchas.

Tras la primera visión de la cascada, un fuerte descenso nos lleva a orillas del río. Regresamos bajando hacia la derecha y en seguida vemos los mojones pintados que nos conducirán a Sotillo de Sanabria.



La puerta a la Alta Montaña

Cañón del Forcadura: 7 kilómetros, dificultad media, 500 metros de desnivel

Esta ruta nos conduce hasta la Laguna de Peces, una visita de obligado cumplimiento. Es el punto más alto del parque hasta el que podemos acceder en coche, 1.707 metros de altitud, ya que se acaba la carretera. Desde aquí parten diversas rutas hasta las cimas del Moncalvo y Peña Trevinca, cuyas cumbres están a más de 2.000 metros de altitud. En este paraje de alta montaña es fácil ver nieve en plena época estival y también podremos observar manadas de caballos que viven en semilibertad.

Partimos del último puente del barrio alto de Vigo de Sanabria y seguimos el camino marcado con balizas rojas que transcurre por la margen derecha del impetuoso río. Ascendemos entre brezo y retama hasta un puente de piedra. Tras cruzar el puente, el sinuoso camino continúa por la izquierda. Llegamos hasta el arroyo del Fuego que dejamos a nuestra izquierda y ascenderemos un poco más hasta la Laguna de Peces.


Tras un día de excursiones nada mejor que sentarse a disfrutar de la gastronomía de la zona y de la tranquilidad y la paz que se respira en las montañas.


Beatriz Durán

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